A veces intento sorprenderme.
Me visto con los ojos cerrados, y luego paso por delante de espejos, y observo mi reacción. Observo la reacción de la gente y trato de sorprenderme.
Mientras duermo me pongo cascos y escucho frases repetitivas de películas y series, y así, busco sorprenderme a la mañana siguiente recitando frases que ni yo misma conozco.
Pongo el despertador sin mirar la hora y salgo de casa cuando no toca y trato de sorprenderme con la vida de la ciudad a esa hora.
Cojo dos best-sellers y leo la mitad del primero y la mitad del segundo, para ver si así, por una, vez me sorprendo con un libro de este tipo.
Escribo un diario con cosas que me ocurren realmente y cosas que no. Lo leo al cabo de los años y pretendo sorprenderme con mi otra vida (a veces mejor, a veces peor).
Y después de tanto esfuerzo -no siempre fructuoso- por mi parte, viene la vida y en vez de dejar que sea yo la que le sorprenda, me arolla con una desviación del camino totalmente inesperada. Y de paso innecesaria.
"ADV".
15 noviembre, 2009
06 noviembre, 2009
Actúas como una marioneta idiota.
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