17 septiembre, 2008

Oportunidad

Notas que se agolpan ideas en tu mente, que repiquetean una y otra vez contra las esquinas de tu cabeza, tu flujo sanguíneo comienza a acelerarse en un intento suicida de salvación...que sólo consigue sonrojarte las mejillas.
Y al final, nada.
Tu cerebro no manda las órdenes pertinentes a tu lengua, laringe, músculos y labios. No reaccionas.

Ahora, el paladar te sabe a agrio y la bilis se te ha revuelto, te quedas pálido.


- Bueno... ¿qué querías decirme?

- Nada, nada, no era nada. Déjalo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El comienzo de una buena película o una agradable novela. Alejaos pequeños cinéfilos con infulas de director, alejaos adolescentes con ansias de escritor.

Espero que este simple esbozo no sea abordado como algo tan simple esperemos que la autora termine la obra y esperemos también que tengamos la suerte de que se nos permita disfrutarla..