30 diciembre, 2008

Overdose

Me hallaba anoche yo con la oreja ardiendo a causa del aparato telefónico, como todas las noches, escuchando Queen en un pico de la sobredosis que me estoy metiendo estas vacaciones de Freddie, y de pronto escucho: vístete y baja.
¿Que me vista y baje? Me río. Deben hacer alrededor de 5 grados centígrados (o más o menos: nunca he sabido acertar en esas cosas), tachad eso: hace mucho frío, me acabo de poner el pijama y estoy metida en la cama. ¿Que me vista y baje dices?.
Supongo que depende quién nos las diga las locuras parecen a veces más locuaces.
Botas con el pijama, un abrigo bien largo y la bufanda de 3x2 m; puede que esté loca pero no tanto como para ponerme a vestirme a las 2 a.m de un martes.
Cuando consigo escurrirme por el pasillo sin que adviertan mi presencia los ronquidos de mi padre y la vigilia del resto de la familia abro la puerta y recuerdo que no llevo llaves. No importa, he decidido bajar y no volveré hasta que sea demasiado tarde como para despertarles.
El ascensor no funciona, bien, estupendo, ejercicio matutino, de ese que no estás haciendo en todas las putas navidades de reclusión. Quinto, cuarto, bien ya voy por el tercero... se apaga la luz...aún me caeré de bocas antes de llegar al portal. Sana y salva, a oscuras, ahí estoy.
Supongo que el escueto "baja" se refería a que saliera afuera. Piel de gallina, temblores... Mi cuerpo intenta conseguir calor desesperadamente y yo no sé adónde mirar, encima se me cierra la puerta del patio; genial, ahora sí que no hay vuelta atrás.

La quietud de la calle contrasta con el ajetreo que se llevan mis vísceras. Creo que si pasaran un par de minutos más la bilis no podría contenerse en el dique de mi garganta. Acabamos de hablar de mil cosas, las horas se me hacen cortas mientras escucho las mil formas de sorprenderme que tiene "aunque la gente haga cosas malas no puedes tachar todas sus ideas/actos de malas" una frase aparentemente inocente que nos llevó a hablar de Hitler, de física, de runas, de métodos de regulación de población, del Estado, de amor.
Justo cuando me senté en la repisa del portal apareció un coche viejo; supuse que era para mí, no por nada; no había ni un alma en la calle y me sentía con suerte, irreal, pero suerte. Me acerqué y efectivamente paró.

Al subir noté un olor inconfundible, aunque había sido efímero siempre en mi nariz, y cuando cerré la puerta escuché aquella cinta de country de la que solía hablar, no pude evitar reirme, siempre me reía en su compañía, menos mal que me comprendía mejor que nadie y no me tomaba por imbécil como solía hacer la gente.
Le sonreí y pude notar el fervor adolescente en nuestra mirada, el contacto con sus labios era el contacto más curioso que había sentido nunca en mi piel y el sabor de su aliento siempre me hacía sentir en casa. Tenía las manos muy frías pero al contacto son su cara se calentaron un poco.
Arrancó mientras me decía algo sobre mi atuendo, le encantaba supongo. ¿Por qué no aceleras y así estamos juntos más tiempo antes de que sea de día?. Por supuesto, princesa.

2 comentarios:

Gattsu dijo...

«Gracias, mi amor»

Gattsu dijo...

Y ahora que pude recuperar un poco de aliento y no me siento tan desbordado.. Recuerdo una canción que dice algo con lo que me identifico y dice algo así como:

Country Roads, take me home
To the place I belong
West Virginia, mountain momma
Take me home, country roads

I hear her voice
In the morning hour she calls me
The radio reminds me of my home far away
And driving down the road I get a feeling
That I should have been home yesterday, yesterday

Una de las canciones mas hermosas que existen y que por supuesto figura entre los grandes del Country. Y el lugar al que pertenezco..