04 diciembre, 2009

De acero


- Parece que las piezas vuelven a encajar...
- De un modo u otro nunca dejaron de hacerlo, ¿sabes?, hasta el acero es maleable.
- Ya, pero necesita mucho calor para serlo, y no nos preocupamos de poner ni la mitad. El acero, sin tratar, es más duro incluso que tú.

15 noviembre, 2009

La cuarentena nos sienta tan bien.

A veces intento sorprenderme.

Me visto con los ojos cerrados, y luego paso por delante de espejos, y observo mi reacción. Observo la reacción de la gente y trato de sorprenderme.
Mientras duermo me pongo cascos y escucho frases repetitivas de películas y series, y así, busco sorprenderm
e a la mañana siguiente recitando frases que ni yo misma conozco.
Pongo el despertador sin mirar la hora y salgo de casa cuando no toca y trato de sorprenderme con la vida de la ciudad a esa hora.
Cojo dos best-sellers y leo la mitad del primero y la mitad del segundo, para ver si así, por una, vez me sorprendo con un libro de este tipo.
Escribo un diario con cosas que me ocurren realmente y cosas que no. Lo leo al cabo de los años y pretendo sorprenderme con mi otra vida (a veces mejor, a veces peor).


Y después de tanto esfuerzo -no siempre fructuoso- por mi parte, viene la vida y en vez de dejar que sea yo la que le sorprenda, me arolla con una desviación del camino totalmente inesperada. Y de paso innecesaria.
"ADV".

06 noviembre, 2009

Actúas como una marioneta idiota.



No intentes entrever nada
entre mis líneas vacías,
una vez más soy yo,
sólo yo,
con las manos heladas.

31 octubre, 2009

Sudor

Podríamos echar un polvo ahora mismo o podríamos no echarlo.
Podríamos echarlo pero daría igual, ¿sabes?, daría lo mismo lo sudados, exhaustos y chorreantes que acabáramos.

¿Te digo por qué? porque ni tú ni yo disfrutaríamos lo más mínimo. Ahora crees que sí, pero te aseguro que no, créeme, pasaríamos, 15, 20 minutos de ardor y luego...
Te daría lo mismo estar echándolo conmigo o con cualquiera: lo que buscas no es a mí. Ni siquiera es sexo.

Estarías echando un polvo con tu padre, y nena; a nadie le gusta eso. Así que vete a casa. Ve, y conoce a algún adolescente de tu edad, perdido, compungido y sin metas. Conócelo y hazle daño. Hazles daño a todos los que puedas.
Créeme; tú puedes, con esos pechos y esa sonrisa, puedes hacer más daño que cualquier bomba nuclear.

Y así, algún día... No sé, quizás vuelvas a ser libre.

28 octubre, 2009

Agonía del día a día

¿Soy afortunada o simplemente mediocre?, ¿he tenido la suerte de encontrarte o me he conformado contigo? Y lo que es peor... ¿es que acaso eso importa algo?.

Era la clase de cosas que Natalie pensaba cuando le miraba. Suponía, en su afán lógico, que pensarlo significaba de hecho que no era afortunada sino mediocre, porque los afortunados no se cuestionan su suerte. ¿O sí?.

Parafraseando a Sternberg me atrevo a decir.

Si colocas tu toalla en mi colgador,
no esperes luego que te deje ir
sin un triste adiós.

27 septiembre, 2009

Real nightmare


Corre, corre; ponte el vestido más corto que encuentres, que no llegamos. Y que no se te olviden los tacones. ¿Ya te has maquillado?, ¿cómo que tú no te maquillas?, ven aquí que te ponga un buen potingue y unos cuantos polvos de colores... No te preocupes, es normal que te estiren las pestañas. ¡Pero por Dios!, ¿llevas las cejas sin depilar, en qué mundo vives, tía?.

Coge tu bolso más a la moda, preferiblemente para que en él quepan un par de botellas de vodka o de ginebra; yo llevo las fantas. Bueno, "fantas". Espera, espera, hagámonos una foto frente al espejo: pero saca teta, ¡eh! que si no, no la cuelgo en el tuenti. A ver cómo hemos salido... No, venga, otra haciendo que nos besamos, ¡y pon cara de puta!!.

Hemos quedado para cenar toda la clase en aquel bar inmundo en el que te cobran 12€ por tapas en mal estado, ¿te acuerdas?, sí, ese en el que dan sangría gratis. Y cucarachas. ¡Pero estará todo Dios!. Vamos, vamos, date prisa, coge unos cuantos condones, sí, de sabores mejor; y vasos de plástico.

Joder, qué bien me lo estoy pasando. Después de los chupitos gratis y toda esa sangría, ahora viene lo mejor, ¡el macrobotellón!!; vamos a dar una vuelta para ver a quién vemos, y de paso robamos unos cubitos previa arrimada de cebolleta de cualquiera que se haya arriesgado a comprar. ¿Vienes a mear con nosotras?, uy creo que me llaman. ¡Levanta la mano que no te veo!, ¿dónde estás, donde siempre?, pues espera que ahora te busco.
Joder qué bien me lo estoy pasando, me han dado un sorbito de vodka rojo con naranja, ¡y estaba buenísimo!! Creo que a lo mejor llevaba tripis. Joder, joder, mañana qué resaca, qué bien. Los tíos no paran de mirarme, vamos a gritar y a hacernos muchas fotos para que nos miren más. Pero acuérdate de colgarlas en el tuenti nada más llegar a casa, ¡eh!.

¿A dónde vamos chicos??, adonde sea gratis. Jeje, este chico tan majo de Pachá nos invita a chupitos, ¿vamos? son sólo 10€. Uf, pero chica, son ya las 3 y como no me meta algo... no sé, hazte un canuto o pide rayas a alguien porque yo no aguanto. ¡Y a ver quién se han creído que soy! que yo aguanto hasta el final como la que más, tía.

Sí, en los baños del Pachá es donde me tiré a aquellos dos tíos a la vez. Y creo que me estaban grabando, no sé. ¡Me lo pasé súper bien!! Mientras se corrían vomité en la taza del váter, ¡fue súper fuerte, tía!, pero luego nada, ya me conoces; al salir me comí una pastilla y palante hasta las 9 de la mañana en el after. Joder, qué bien vivo, tía, menuda vidorra. ¡Y qué resaca más guay mañana! acuérdate de subir las fotos al tuenti. Y de ponerte de estado lo bien que lo hemos pasado, ¡y la peazo resaca!


(google image)

18 septiembre, 2009

Cerveza, pantalla, libro.

Me he dado cuenta de que desperdicio mis días con conversaciones insulsas, frente a cervezas, frente a pantallas y frente a hojas con miles de letras que dicen mucho pero en el fondo no explican nada.

Creo que al fin y al cabo puede decirse que después de... un verano, soy más consciente de mi misma.

Pues qué bien.

06 septiembre, 2009

Resaca vacacional.

Vuelvo de mis vacaciones como quien vuelve de una noche de alcohol, drogas y música alta. Vuelvo con resaca, pero no hablo de dolores de estómago ni de cabeza, se trata más bien de un ruido molesto que zumba sobre mi cabeza día y noche.

Me asusta que mi consciencia no pueda ser al menos un poco más objetiva. Que los cursos duren años y las vacaciones un suspiro, que lo cotidiano sea estar delante de esta pantalla insulsa y no subida al avión, con la adrenalina que eso me supone. Que recorrer las mismas calles, con la misma gente sea lo normal y no estar cada día en un pueblo o país nuevo.

En fin, que parece que la depresión post-vacacional me ha tocado este año a lo grande, y para colmo en bragas.

¿Alguien me recomienda un trabajo en el que esté permanentemente de vacaciones?.

12 junio, 2009

La insignificancia

¿Qué importa que hoy cumpla 19, 50 o 4 años, qué importa que hoy sea mi cumpleaños?

La insignificancia de una vida es proporcional a lo llena que esté de uno mismo. Por mí misma no habría nacido, por mí misma no habría sido.

Que yo sea o no sea no importa; importa que... ya que estoy, sea fructífero. Que ya que paso por este mundo sea para bien y contribuya en algo.

¿O no?

17 mayo, 2009

Memoria

Es curioso que una de las imágenes más vívidas que tengo de las últimas vacaciones de Pascua sea de cuando fui a darte un beso y me giraste la cara. Es extraño, ¿no?.

Tú estabas dormido, yo te miraba. Me acerqué un poco para darte un beso mañanero y justo en el instante anterior a que mis labios rozaran tu mejilla, giraste la cara hacia la izquierda. Me quedé estupefacta; ¡tú rehuyendo mis besos, habráse visto!.

Pero a cambio se me quedó muy fija en la memoria (ésa gran desconocida) tu imagen. Tan adorable, con la camiseta a rayas, bocarriba y con los ojos cerrados algo forzados por el sol, la boca entreabierta...

10 mayo, 2009

Comic sans es una letra para fracasados.


Mi reflexión del día

21 abril, 2009

TAT

El jueves pasado en clase, nos pasaron el TAT. Veamos, antecedentes: clase es "evaluación psicológica", y el TAT es una prueba "Test de Apercepción Temática", de tipo proyectiva: con ella se pretende que el sujeto proyecte aspectos inconscientes de su personalidad y de sus conflictos internos.

En esta prueba se presentan láminas como la que aquí aparece, y se le pide al sujeto que escriba al respecto; sobre lo que le evoque, incluyendo personajes, acciones concretas y un desenlace. Una historieta, vaya.


Después estas historias pueden evaluarse en base a dos principios: al psicodinámico (al estilo freudiano), o simplemente poniendo de manifiesto características de la personalidad del sujeto, o cómo plantea este su mundo, etc.

Os animo si queréis a escribir algo sobre esa lámina, o simplemente quienes pensáis que son, qué relación tienen...
No os voy a psicoanalizar ;D (típica broma sin gracia que te hace la gente por estudiar Psicología), pero creo que cada uno en virtud de lo que escribe se da cuenta de ciertas cosas, y me pareció un test interesante... Ahí lo dejo.

08 abril, 2009

Moderneces de hoy


Se había puesto a llover a cántaros hacía unos minutos y yo iba con mi chubasquero azul tratando de evitar las malditas gotas. Llevaba mi mochila blanca y verde con rayajos y unas deportivas Nike con unos cuantos años a sus suelas. Había aprovechado mi vacía mañana universitaria en hacer un par de compras y decidí echar un vistazo -y resguardarme de la lluvia- en una tienda muy modern people. Creo que el nombre lo dice todo: Popland.
Pues bien me acerqué al escaparate mientras veía aquellos pósters de pelis de Fellini, bolsos de Woody Allen, objetos de El principito, de los Beatles... toda clase de aparatos poperros, cuando sucedió.
Levanté la mirada y durante un fugaz instante se cruzó con la de El Dependiente. El dependiente de una tienda así, of course, ha de ser un tipo de los más moderno. Así era él; chaleco de cuadros marrón y amarillo con camisa debajo, gafas grandes a lo Woody -que seguramente ni estaban graduadas-, pantalones pitillo y zapatillas, creo que eran Vans. Nuestras miradas se cruzaron y con una sola mirada me hizo una radiografía completa, sus ojos denotaban desprecio: ¡yo no era una moderna, qué me había creído mirando su tienda!.
Me resulta curiosa la actitud de esta simpática tribu urbana, podría decirse que muchos de sus gustos prototipo se parecen a los míos, pero desde luego ellos no me consideran de las suyas y habitualmente suelen dedicarme miradas de perplejidad/desprecio, ¿pero qué hago mezclando alguna de sus prendas estrella (pañuelos de leopardo, ¿quizás?) con mi ropa pordiosera y mi poco estilo poser?...

Pues bien, allí estaba yo bajo los pequeños y fulminantes ojos de El Dependiente. Aparté la mirada visiblemente molesta, e inclusó dudé sobre entrar a la tienda.
Cuando me hice con el valor suficiente entré y saludé brevemente.

- Hola.
- ...

Ausencia de respuesta, el tipo ni me miró. Estuve curioseando unos minutos. Me llamaron la atención unas figuritas de pintores famosos, un recortable de Judy Garland, posavasos de El Mago de Oz, unos teléfonos viejos... mil mariconadas. Cuando pensé que habría amainado la lluvia me encaminé hacia la salida siempre bajo la atenta -y oculta- mirada de aquel tipo. Me despedí con un, esta vez, sonoro "hasta luego" (debía asegurarme de que el tipo no es que no me oyera, sino que no respondía). Fue respondido sólo por la dependienta, otra moderna, pero ésta al menos con educación. En realidad estaba hasta buena.

Cuando llevaba un trecho de camino, por mi cabeza pasaba la cara de aquel estúpido prepotente con su pelito despeinado. Le habría pegado una gran patada kung fu en aquella maldita cara de pánfilo. Y su voz, qué irritante, era jodidamente sarasa (o se lo hacía, con estos modernos nunca se sabe) pero de los que dan repelús al hablar.
"¡A la mierda! -me dije-, le van a dar por culo a este gilipollas"...

Volví sobre mis pasos con toda la furia acumulada durante semanas, tenía claro que iba a reventar antes o después, lo que no me imaginaba es que la detonaría aquel dependiente. Aquel jodido dependiente. Andaba rápido, y cuando abrí la puerta con aquella virulencia se me quedó mirando perplejo, en su cara se leía un "Oh Díos Mío", al más puro estilo Janice de Friends. Cogí impulso mientras alargaba la mano hacia uno de aquellas malditas figuras gigantescas. Se la estampé en la cara al tiempo que le propinaba una patada por encima del mostrador. Le escupí. "Tus prepotencias para tu puta madre, ¿ok?".

Salí, hacía mejor día. Las tensiones habían desparecido. "Jódete", pensé, pero esta vez no pensaba en el dependiente.

06 abril, 2009


Para hacer maletas soy lo puto peor.


Igual aún no me he decidido a poder vivir.
Tsss, calla.

31 marzo, 2009

Que estoy mu bien...

Estoy así de bien...

Llevo un tiempo considerable alejada de estos mundos de Dior, no sé, no tengo nada nuevo que decir.
Bueno, miento, sí que tengo cosas que decir, pero como dicen en las películas "si no tienes nada bueno que decir...".
Vale, joder, eso también es mentira. Tengo muchas cosas buenas que decir, pero a la hora de ponerme a escribir esas cosas no me salen con fluidez, me parece repipi, me parece absurdo, quizás hasta prepotente... tal vez.

Tal vez en otro momento habría venido aquí corriendo y habría blasfemado, me habría cagado en los muertos de X o quizás habría escrito un relato hiriente sin nombrar a nadie, no lo sé, seguramente eso último; no sería la primera vez. Pero aquellos tiempos eran otros tiempos. De resentimiento, de odios enterrados bajo indiferencias... Creedme eso no es bueno.

Pongamos por caso; me enfadé con alguien bastante hace unos... 3 años. A través de una indiferencia fingida por el daño que me había hecho fui enterrándole, como si no hubiera existido; me costó mucho, sí.
De cara a la galería no me importaba lo más mínimo, y con el paso del tiempo y viéndolo todo desde la perspectiva real, a día de hoy no me importa en absoluto; es más me alegro de que terminara. Pero aún cuando veo a esa persona me duele, siento una enorme punzada en el estómago y trato de evitar saludarle. Aún hoy me quedan resquicios, no del dolor que me infligió sino del triste proceso de eliminación de esa persona de mi vida a base de rencor.

Ahora, sin embargo, soy una persona mucho más... meditabunda (qué palabreja, eh), tengo apoyos sólidos y no me duele tanto que me den unos cuantos puñetazos en el estómago: al menos tengo a quien me recoja y me dé unos cuantos puntos después de la paliza -metafóricamente, claro, aún no tengo amigos diplomados/licenciados en enfermería o medicina-.

Recientemente me enfrenté a un proceso similar al antes comentado, quizás peor; esta vez se trataba de una amistad profunda, amistad a su modo, extraña, pero amistad. La decepción fue incluso peor; de un amigo no te esperas cosas así. Ahora bien, supe enfrentarme a las cosas, llamarlas por su nombre y cortar de raíz pero sin rencor. Ahora experimento algo distinto a aquel rencor de hace 3 años, mejor, creo, y puedo alegrarme por ello.

Creo que soy una persona mejor gracias a las personas que están en mi vida, claro, pero también a las que he eliminado (o más bien se han borrado ellas mismas), y puedo ir dando gracias porque me consta que no todo el mundo puede decir eso. Los parásitos y aquellos que no entienden la relación de reciprocidad deberían ir yéndose como vinieron, al menos espero que en mi caso así sea. Y os insto, porque uno se siente mejor.
Y sentirse mejor, sentirse bien, parece casi prepotente. Muy poco literario sin duda, poco decadente, poco atractivo. Así lo veía yo, y así lo veo hoy para la literatura o el cine, para todo lo demás, un poquito de sentirse bien nunca está de más.


Vale todo esto era por escribir algo, porque si no publico ya pronto me olvidaré de la contraseña y me perderé y me da pena. Pronto volveré con cosas mejores, (no es difícil), I promess ( a mí misma aunque sea).

23 marzo, 2009

¿Cómo?


Estaba claro que necesitaba hacerlo, necesitaba liberarme de aquel peso, purificarme, vengarme. Pero, ¿cómo?. ¿Cómo podría llevar a cabo mi catársis personal?.
Necesitaba herirla, necesitaba que sintiera algo del dolor que me había hecho sufrir. En cualquier otro caso, mi vendetta sería absurda. Yo no quería estar en paz con mi karma; quería y necesitaba que ella reaccionara, necesitaba ese minuto atención que no había tenido hasta entonces.
No me valía con hacer borrón y cuenta nueva siendo ella ajena a mis actos; necesitaba algo de esa escasa empatía que debía albergar en algún rincón oscuro, para que la empleara en sufrir.
Comencé a pensar; la ira hacía hervir mi sangre a borbotones,
blurp, blurp, casi podía notarlo. No me gustaba. Si algo me caracterizaba cara al exterior, era mi paciencia. Yo era una persona tranquila que nunca se alteraba, o casi nunca. En realidad la definición más correcta era que costaba mucho alterarme. Esta vez había sido la cúspide.
Hervía cada vez más fuerte, así que trate de serenarme;
vamos, piensa, no puedes dejarte llevar, ha de ser un plan magnífico, que todos... que ella, vea lo ingeniosa que puedes llegar a ser, que se arrepienta, que sufra. Esos eran mis pensamientos cuando me desmayé, al rato me desperté en un césped aparentemente seco y desconocido. Seguí pensando, no me importaba como había llegado ni siquiera donde estaba, tenía que pensar. El sol me hacía entrecerrar los ojos.
Quemar. Quemar, ahí está; el fuego. El fuego purifica, ¿no? en alguna de esas culturas remotas el fuego debe de purificar...Comienza a fluir.
Quemar, necesito quemar algo para desprenderme de ella, necesito acabar de un modo terapéutico, paradigmático, explosivo, ¡sí!, necesito una explosión que borre cualquier sombra que pueda quedar de aquella presencia pusilánime que paradójicamente tanto me atrapó.
Necesito quemar algo grande, no me vale con quemar sus fotos o sus libros, ni su ropa. Además, todo eso voló por mi ventana hace unos días y sería difícil recuperarlo. Necesito algo que llame su atención, algo que le duela de verdad. Por eso taché de mi lista mental a las personas; carecía de total empatía y seguramente le habría dado igual que quemara a su padre o a su perro: no es que rechazara de pleno el quemar gente, es que le iba a dar lo mismo. Y por otro lado la primera capa de piel de la gente al quemarse huele peor que la muerte
. Bien, quemar cine no, quemar libros tampoco, ni gente, ni animales.
Mientras me hallaba en aquel césped, me fijé en un cartelón de esos que visten los edificios. Habían traído la exposición de Kandinsky. Odiaba profundamente todos aquellos colores. Ella los amaba. Justo el del anuncio era su preferido. Su preferido, Kandinsky era su preferido... con aquellos colores infantiles y estúpidos.Era tan sencillo que ni lo había pensado; lo único que apreciaba en este vida era el arte, el Arte le proporcionaba lo que no podía ver en la gente, eran sus amigos, los únicos que tenía a día de hoy.
Divagué unos segundos más, los justos para que se cruzara en mi vista E. S. Era el mejor camello a ese lado de la ciudad. Parece que al final estaba más cerca de casa de lo que creía. Le hice un gesto y me entendió. El ácido lisérgico siempre me reconfortaba.
Me dejé llevar por él. Corrí durante horas, repté e incluso volé. Finalmente, al caer la tarde entré en el museo municipal a grandes zancadas, bailando como una mariposa en el aire. Me subí encima de la taquilla, grité que era perfecto, todo era perfecto.

28 febrero, 2009

Parálisis I

Clinc, clinc. Me encanta el ruido que hace la cucharilla contra la taza. Tiene restos marrones en el fondo que no pertenecen a mi café, están casi fusionados con la loza.
La camarera nota la repugnancia que me produce y debe de resultarle molesta porque me invita a irme con un encubierto: "¿Algo más, monada?".

Enciendo el cuarto cigarro y le pido otro carajillo de whisky; no, no me pienso ir ahora que parece que tengo una racha de suerte. Acabo de encontrarme 10 euros en el wc - recubiertos de toda clase de pelusas, vellos y grasas- y me siento en la obligación moral de aprovecharlos. Un homenaje para la señorita.

- El próximo más cargado.
Exclamo ante la flagrante y visible falta de alcohol en mi taza.

Tras apurar el tercer café de un trago y chupar del cigarro la ultimísima calada me dirijo al fondo del local, donde la mugre y la grasa son todavía más patentes que en la barra.

Ahí está, como había prometido por teléfono. Qué cabrón. No ha cambiado, sigue con esa mirada a lo James Dean que nos abría de piernas a todas con 15 años.
Era tan guapo que daba rabia; no, guapo no, atractivo en realidad, con aquella mandíbula marcada y aquellos malditos ojos negros.

- ¡Aquí la tenemos!... Qué sorpresa Querida, déjame ver... Vaya, parece que los años no pasan en balde.

Tan solo se me ocurre evitar sus continuas (aunque verídicas) faltas de tacto con una sonrisa y un cortante -aunque ensayado-:
- ¿Vamos ya? Quiero salir cuanto antes, por favor. Nos espera un largo viaje...

Me coloco la chaqueta que él robó para mí hacía tantos años en aquellos grandes almacenes, al tiempo que sale corriendo hacia su coche. Seguramente sin pagar.
Aquel puto Chevrolet había visto tantas cosas... Fue testigo de la noche en que perdí la virginidad, y creedme que de aquello hacían muchos años y muchas pollas. Qué cabrón, casi me preña con un solo "apunta y dispara", suerte que mi útero no fue fabricado a tal efecto. Una lástima.

Nada más subir al coche casi sin esperarme enchufa el contacto y sacando su petaca me ofrece el trago del peor whisky del país. Trago que sellaría el pacto. El inicio de ese viaje que nos llevaría irremediablemente al desenlace.

09 febrero, 2009

05 febrero, 2009

C'est fini

10.oo am. Primera cerveza del día. Después de casi un mes sin probarla, todo un hito, creo que nunca he pasado tanto tiempo sin probar la rica cebada.
Luego fueron muchas otras, los beneficios de la vida universitaria. Me tiraron un huevo a la zapatilla, fui a un kebab y cené pizza.
Soy libre y me siento rara sin nada que hacer. Después de tantas semanas con estrés... Lo de menos ahora son los resultados. Lo de más celebrar, celebrar con estos y sobre todo con aquel. Celebrar, celebrar, hay tanto que celebrar.

Que vayan sacando el alcohol que se preveen grandes borracheras hoy... De las que el lunes recordaremos entre risas.

05 enero, 2009

Anticipaciones.

Con la experiencia que da la vida, y eso que la mía es relativamente corta, he podido ir completando ciertos esquemas en mi mente acerca de las relaciones sociales, hoy vengo a referirme especialmente a las románticas, por nada en especial, por esto y aquello, por lo de más allá.

Algo que me sorprende a menudo es cómo la gente cae siempre en los mismos errores; seas inteligente, estúpido, alto, gordo, rubio, bajito, quinceañero, zurdo, anciano... irremediablemente caerás amigo mío: todos caemos en las mismas trampas.

Todos tenemos unos esquemas, pensamientos, creencias, unas ideas preconcebidas que se van formando a lo largo de nuestra vida (nuestro mundo cognitivo), que determinan nuestras futuras relaciones con el mundo y con los seres sociales que en él habitan. Pues bien, aquellos referidos a las relaciones afectivas son de lo más complejo, pensemos si no en cualquier situación de la vida diaria.
Tienes un problema y se lo cuentas a un amigo, ¿qué esperas de tu amigo? quizás esperes simple comprensión, o consejo, o un abrazo, o quizá no esperes nada. Ahora viene lo bueno, ¿cómo se supone que ha de saber tu amigo lo que se espera de él sin que tú lo verbalices?. Pues podríamos aplicar esto a infinidad (si no a la totalidad) de relaciones humanas. Esperas que tu novio se acuerde de todas y cada una de las cosas que tú consideras importantes, o que tu hermana hable contigo cuando tiene un problema, o esperas que tus amigos se preocupen por tus estudios y te echen una mano, que tu ligue del sábado te llame... o simplemente que el chino de la esquina te salude porque siempre vas a comprarle tangas de 1€, quién sabe.

Pero eso no ha de ser necesariamente igual en el mundo cognitivo del otro sujeto, y pese a que parece una perogrullada, algo básico que todo el mundo ve y además comprende, no es en absoluto así. No lo entendemos y no queremos entenderlo, preferimos pensar que todo el mundo está en nuestra contra, que el mundo es injusto, que somos unos desgraciados o que siempre tenemos problemas antes de afrentar la realidad de forma realista: cada uno tiene unas expectativas y si no verbalizamos las nuestras no podrán ser cumplidas con facilidad.
Quizás por suerte se vean cumplidas, pero desde luego hay un margen de error, de azar, que no reconforta, que puede evitarse y evitarnos disgustos, malos ratos, situaciones al fin y al cabo innecesarias.

Por eso amigos, os insto a los dos o tres que me leéis, a aquellos que por casualidad lleguéis a leerme un día, a hablar. Hablad, pedid por esa boquita piñonera, decidle a vuestros amigos lo que esperáis de ellos, decídselo a vuestra familia y sobre todo, puesto que estos dos grupos pertenecen básicamente a aquella gente que pase lo que pase estará ahí; decídselo a vuestras parejas que son aquellos que puede que se encuentren en una posición más volátil, más febril respecto a vuestras expectativas y deseos.

Seamos felices coño, que ya hay bastantes desgracias por el mundo, las vemos todos los días en Gaza, en toda África, en Vietnam, en Sudamérica, en nuestras ciudades todos los días a menor escala... Seamos felices ya que nos han hecho ese regalo, apreciemos las vidas tan fáciles que nos han tocado por azar y no las llenemos de problemas falsos cuando podemos vivir tranquilos y ocupar la cabeza para otros menesteres. Hablemos y compartamos, empleemos los mecanismos que también por azar -o no tanto, ese es otro tema- nos ha brindado la evolución. Vivamos mejor, amijos, ya que podemos.

Y perdonad que me ponga tan estudiante de psicología pero es que cuando veo que mis ideas tienen cierta base científica en esta disciplina me emociono toda.